jueves, 23 de octubre de 2014

Personas que siempre dijeron que nunca serían.

El instituto convierte a la gente en personas que siempre dijeron que nunca serían.


Personalmente, odio el instituto, pero no lo odio porque tenga deveres, examenes, profesores absurdos... si no porque el instituto coincide con la edad en la que se ve como es una persona y como demuestra ser quien nunca esperábamos que fuera.

Cada semana subiere un paso para sobrevivir a el instituto o la adolescencia, basicamente.

Si consigues acabar bachiller siendo la misma persona o mejorada, felicidades.

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